jueves, 19 de noviembre de 2020

Posted by Cultu-Art noviembre 19, 2020 in
Nellie Bly, la mujer que dio la vuelta al mundo en menos de 80 días. Considerada como la primera periodista de investigación de la historia. No solo superó el récord del famoso personaje de Julio Verne, Phileas Fogg, al dar la vuelta al mundo en menos de 80 días, sino que protagonizó otras increíbles hazañas como infiltrarse en un manicomio para mostrar su realidad.
Cuando Nellie Bly (Elizabeth Jane Cochran. Pensilvania; 5 de mayo de 1864 – Nueva York; 27 de enero de 1922), con tan solo 25 años pero convertida ya en una intrépida periodista, propuso al editor del periódico para el que trabajaba en ese momento la idea de hacer el recorrido de la novela de Julio Verne la respuesta literal, según narra el libro de la propia Bly Around the world in 72 days (Alrededor del mundo en 72 días), fue “es imposible que pueda hacerlo. En primer lugar, usted es una mujer y necesitaría un protector. Incluso si pudiera viajar sola, necesitaría tanto equipaje que no podría hacer transbordos rápidos (…), solamente un hombre puede hacer ese viaje” .
Nellie Bly con su abrigo y la maleta de mano que llevó consigo para el viaje
Esto ocurrió hace casi 130 años, en 1889, y es que Nellie Bly es una de esas mujeres en la sombra, que hizo historia a base de valentía y coraje, pero de la que apenas sabemos nada. Todos conocemos perfectamente al mítico personaje de Verne, y por supuesto su vuelta al mundo en 80 días, pero casi nadie ha escuchado ni una palabra sobre la mujer que materializó este viaje, y que incluso batió el récord, acortándolo en ocho jornadas.

BLY REALIZÓ EL VIAJE SOLA, CON 25 AÑOS, UNA ESCASA MALETA Y 200 LIBRAS ESTERLINAS ESCONDIDAS EN UNA BOLSA.

Rondaba el año 1889 y tras la fatídica respuesta de su editor, Bly no se vino ni mucho menos abajo. “Muy bien, envíen a un hombre, yo saldré el mismo día y llegaré antes que él”, contestó. En menos de dos días, estaba zarpando en un barco desde Nueva York rumbo a Londres, sola, con 25 años, una escasa maleta y 200 libras esterlinas escondidas en una bolsa.
Juego de mesa inspirado en la intrépida periodista
Era el 14 de noviembre de 1889 y exactamente 72 jornadas, 6 horas, 11 minutos, 14 segundos y 40.000 kilómetros después, el 25 de enero de 1890, estaba de vuelta en Nueva York. Pasó por Londres, Calais, Brindisi, Port Said, Ismailia, Suez, Adén, Colombo, Penang, Singapur, Hong Kong, Yokohama y San Francisco.
Además de inteligente, profesional, valiente y concienciada socialmente, la periodista era muy hermosa
Una tremenda aventura que sirvió para que Bly trajese consigo infinidad de relatos, experiencias y reflexiones que aunó en una bitácora que publicó en forma de libro.
lo
Jugando a la oca con la peripecia de la aventurera
El propio Verne le había confesado en persona a Bly, en un encuentro que mantuvieron en su casa en Francia mientras la periodista realizaba su travesía, que la felicitaría si lo conseguía. “Si logra hacerlo en setenta y nueve días le aplaudiré a rabiar”, le dijo. Esperamos que no se lastimara en exceso las manos de la emoción…

‘SI LOGRA HACERLO EN SETENTA Y NUEVE DÍAS LE APLAUDIRÉ A RABIAR’, LE ASEGURÓ EL PROPIO VERNE. BLY LO HIZO EN 72.

-“Si hubiera encontrado el elixir de la vida, no me habría sentido mejor que cuando fragüé la esperanza de que era posible dar la vuelta al mundo en menos de 80 días”. Con estas palabras, Nellie Bly no habría podido hacer un mejor balance de su valiente iniciativa.

Magnífico vídeo realizado por Google sobre la travesía de Bly
Pionera del periodismo de investigación
Pero la valiente iniciativa de viajar alrededor del mundo trajo también alguna que otra consecuencia negativa para Bly. La fama que le aportó su éxito le impidió continuar realizando periodismo de investigación, ese que tanto le apasionaba y del que fue sin ninguna duda pionera absoluta.
Póster de la película sobre su experiencia en el manicomio
Si algo se necesita para desarrollar este tipo de periodismo es discreción. Y eso mismo pensaron los responsables del New York World, periódico para el que trabajaba, y cuyo director era nada menos que Joseph Pulitzer, que hoy da nombre al más prestigioso premio de periodismo.

NELLIE BLY FUE EL ADALID DEL PERIODISMO GONZO, EN EL QUE EL PROPIO PERIODISTA SE CONVIERTE EN PARTE FUNDAMENTAL DE LA HISTORIA.

Nellie Bly fue el adalid del periodismo gonzo, en el que el propio periodista se convierte en parte fundamental de la historia, varias décadas antes de ser bautizado como tal por Hunter S. Thompson, al que se sigue considerando pionero de este estilo sin serlo realmente. Bly representó una nueva manera de contar las historias, inmiscuyéndose cual camaleona en determinadas comunidades para descubrir sus entresijos y denunciar injusticias.

Carátula del audio libro Ten days in a Madhouse 
La primera historia que Pulitzer le pidió, y empezó fuerte precisamente para ver hasta dónde podía llegar la joven periodista, fue la de hacerse pasar por loca en el internado de mujeres de Blackwell’s Island, con el objetivo de contar qué ocurría allí dentro. Con tan solo 23 años, Bly soportó baños de agua gélida y sucia, comida rancia y la amenaza del maltrato físico y sexual.
Ilustración sobre la recepción de Bly a su llegada a Jersey City
Su artículo, denunciando las atrocidades cometidas contra las internas y publicado como libro a posteriori, Ten days in a Mad-House (Diez días en un Manicomio), tuvo tal impacto que acabó por abrir muchas investigaciones en el centro, y juzgar y encarcelar a varios médicos y enfermeras de la institución, empujando asimismo a la creación de un protocolo para la dignidad y humanidad de los pacientes en instituciones de salud mental.

CON 23 AÑOS SE HIZO PASAR POR LOCA PARA INGRESAR EN EL INTERNADO DE MUJERES DE BLACKWELL’S ISLAND, CON EL OBJETIVO DE CONTAR QUÉ OCURRÍA ALLÍ DENTRO.

Antes de eso, con 21 años, la periodista se había marchado por iniciativa propia como corresponsal a México, de donde nació su obra Six Months in Mexico (Seis meses en México).
Bly en su madurez

En ella denunció las atrocidades de la dictadura mexicana contra el pueblo, la tiranía de Porfirio Díaz -militar que ejercía la presidencia del país en ese momento- y la inexistencia de libertad de prensa.
Tumba de la reportera en el cementerio de Woodlawn
Bly también trabajó en una fábrica, pasó una noche en un albergue para mujeres indigentes, visitó un fumadero de opio e incluso probó suerte con el ballet, el adiestramiento de elefantes y el boxeo… Ninguna historia era demasiado arriesgada para no ser contada por esta intrépida periodista. La primera de muchas que le seguirían después.



domingo, 15 de noviembre de 2020

Posted by Cultu-Art noviembre 15, 2020 in
El estadounidense Michael Murphy (Ohio, 1975) define sus obras como "trabajos multimedia que integran técnicas tradicionales con procesos digitales". El germen de la proyección de la mariposa le inspiró primero para jugar con la imagen y un fondo con textura y relieves, "después quise capturar la esencia del fenómeno visual en las esculturas mismas, crear obras que no necesitaran electricidad ni apretar botones".
"Una noche proyecté sobre unos árboles la imagen de una mariposa. Desde la posición ideal frente al proyector la imagen era perfecta, pero cuando caminaba alrededor, se distorsionaba y se separaba por lo irregular de la superficie".
Crea retratos en piezas, superponiéndolas hasta que el conjunto forma un rostro completo. No le importa que la técnica le reste importancia a la obra artística: "Trato de crear una experiencia perceptiva única, ver de una nueva manera. El tema es secundario".
Un proceso a ordenador y piezas hechas a mano
Utiliza cristal antibalas, madera, poliuretano, cables... Aunque procesa las fotos en el ordenador y las simplifica en partes que luego puede aislar y dibujar, todo está hecho a mano. "Las piezas hechas de cristal antibalas las corto con un acanalador atornillado a una mesa, pero muchas de mis obras las he hecho con una máquina de corte con chorro de agua".

Esculturas que se fragmentan si no se miran de frente
Ha retratado a Martin Luther King, Barak Obama y Steve Jobs superponiendo piezas que sólo forman un rostro completo vistas de frente.
El artista Michael Murphy define sus obras como "trabajos multimedia que integran técnicas tradicionales con procesos digitales".
Quiere crear "una experiencia perceptiva única, ver de una nueva manera".

Entre los retratados, símbolos históricos, personajes que están de moda o que son noticia. Barak Obama, Martin Luther King, y Steve Jobs son algunos de los que Murphy ha fragmentado y vuelto a unir con un complejo rompecabezas que sólo se ve bien cuando el espectador se sitúa justo enfrente de la pieza.


lunes, 9 de noviembre de 2020

Posted by Cultu-Art noviembre 09, 2020 in
Oswaldo Guayasamín.

Su pincel se convirtió en la fiel herramienta para colorear la amargura, el silencio, las lágrimas y todas las injusticias que sus ojos presenciaban. La denuncia social fue lo que caracterizó cada una de las obras, donde negro, cholo e indígena encontraron un espacio en su lienzo. 

Su apellido en kichwa significa 'casa de la sabiduría'. Fue uno de los artistas más importantes a nivel mundial.

Los niños muertos, que retrata a un grupo de cadáveres en una calle de la capital, es considerada como la primera obra en la que tiene un encuentro con la violencia, pues uno de los chicos que conforman aquella pintura era su mejor amigo.

En 1948 emprendió un viaje donde dio a luz su primera serie denominada Huacayñán, también conocida como El camino del llanto. Por dos años recorrió cada pueblo y ciudad del continente americano para pintar 103 cuadros.
En una entrevista concedida en 1976 a la revista Paratodos de Diario EL UNIVERSO, el artista se refirió a esta serie. "Fue hecho con el propósito de mostrar al mundo la conjunción de grupos humanos que conforman la América Latina".
"El creador de arte es el que más está ligado a su pueblo, su voz será la única poderosa y potente en el devenir del tiempo", Oswaldo Guayasamín.
La edad de la ira es otra de sus series que fue expuesta en los mejores museos a nivel universal. Su realización significó un viaje de siete años alrededor del mundo, en donde visitó los campos de concentración de Europa, países socialistas, e Hiroshima. Falleció el 10 de marzo de 1999 sin ver finalizada su más importante obra La capilla del hombre doliente. Sus cenizas reposan en una vasija de barro, bajo un árbol plantado por el mismo artista en la casa donde vivió sus últimos años.

Detalles de su vida

Provino de una familia humilde, siendo el mayor de 10 hermanos. Su padre fue de ascendencia indígena y su madre mestiza. "Tengo un 75 % de sangre india, y un 25% de sangre española. Soy un mestizo; pero bastante inclinado a la cosa india. Esto tiene una especificación para mi comportamiento", manifestó en 1976.

Guayasamín trabajó como tractorista y luego como chofer. Pero fue la pintura la que lo conquistó desde niño. Según la biografía recogida por la Capilla del Hombre en Quito, el artista utilizaba leche materna para disolver las pastillas de acuarela. Esta era cedida por su madre, alimento de su hermano recién nacido.  
Además, se conoce que fue expulsado de varios colegios donde caricaturizaba a sus maestros. Finalmente, en 1933 logra entrar a la Escuela de Bellas Artes de Quito, donde se destaca como estudiante y obtiene su título de pintor y escultor en 1940, cuando tenía 21 años.

"Guayasamín es uno de los últimos cruzados del imaginismo; su corazón es nutricio y figurativo, de dolores terrestres, de personas agobiadas, de tortura y de signos histórica"

—Pablo Neruda, poeta chileno

jueves, 5 de noviembre de 2020

Posted by Cultu-Art noviembre 05, 2020 in

Dicen de ella que fue la última y espectacular obra de arte de la Edad Media. Otros, en cambio, afirman que se trata de la primera gran pintura del Renacimiento, al menos nórdico. Y allí sigue, en una frontera, entre el fin de un periodo y el inicio de otro, atrapada entre un alfa y un omega que, en realidad, solo sirve para clasificar, porque lo realmente importante de este inmenso políptico es la maestría de sus autores y la fascinación que siempre ha causado, desde el primer momento en que se expuso en la catedral de San Bavón de Gante acabada de pintar, en 1432, hasta la actualidad, inmersa en un proceso de restauración que ha levantado alguna polémica. Hasta tal punto ha sido codiciada esta obra que se la considera la más robada de la historia. 
Hasta siete veces, según calculó Noah Charney, el autor de El ladrón de arte, en un libro dedicado exclusivamente a esta maravilla de la pintura flamenca. Detrás de este récord se encuentra un retrato de Rembrandt, sustraído hasta cuatro veces de la Pinacoteca Dulwich de Londres.

Hasta siete robos

La desventura de la pintura que nos ocupa empezó ya en 1566, cuando se desmontaron las doce tablas pintadas al óleo que la integran para protegerla de los ataques iconoclastas de los calvinistas. Pero eso no era nada comparado con lo que le esperaba. A principios del siglo XIX, por ejemplo, Napoleón entró en acción y se llevó las tablas centrales al Louvre como botín de guerra mientras que las laterales fueron vendidas. Unos años más tarde, algunos paneles pasaron a formar parte de la colección del rey de Prusia Federico Guillermo III. Hasta que tras la I Guerra Mundial, el tratado de Versalles devolvió las tablas a su lugar original en la catedral de Gante.
El robo más significativo llegaría en 1934, cuando desapareció uno de los paneles inferiores, el que hace referencia a Los Jueces Justos. Nunca se logró recuperar. El que ahora aparece en su lugar es una copia realizada en 1945 .
Ahora bien, su último gran robo llegó con los nazis. De la misma manera que Napoleón, Hitler también se obsesionó por esta inmensa pintura. Llena de simbolismos, creía que albergaba la clave para encontrar los Arma Christi, es decir, los instrumentos de la pasión de Cristo a los que les otorgaba poderes sobrenaturales, como la cruz, la corona de espinas o la lanza, que aparecen representados en manos de ángeles en el panel central. Tras la II Guerra Mundial, los Monuments men lograron recuperar el conjunto pictórico del interior de la mina de Altaussee, el famoso almacén de obras expoliadas por los nazis.

En la actualidad, el retablo La adoración del Cordero Místico, también llamado Altar de Gante, ejecutado por los hermanos Van Eyck, sigue en su lugar, con su famosa tabla central, dedicada al Cordero Místico, recién restaurada. Tantas vicisitudes habían ensombrecido el rostro del Agnus Dei, hasta tal punto que tras el lavado de cara ahora incluso parece que sonría.

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